La Civilización VII de Sid Meier provocó controversia inicial con sus importantes cambios de juego que se muestran durante su primera demostración. Sin embargo, las vistas previas finales de los periodistas sugieren que estas novedades resonarán profundamente con los entusiastas de la estrategia, mejorando en última instancia la experiencia del juego.
La séptima entrega revoluciona el juego tradicional al integrar una multitud de nuevas mecánicas. Una de las características destacadas es la pantalla de selección del líder, donde los gobernantes elegidos con frecuencia pueden ganar bonos únicos, agregando un toque personalizado a la estrategia. El juego introduce tres épocas distintas, antigüedad, medieval y moderna, cada uno que ofrece una experiencia de juego "aislada" única, lo que hace que la transición entre épocas se sienta como embarcarse en un nuevo juego por completo.
La Civilización VII introduce un nivel de flexibilidad previamente invisible en la serie, lo que permite a los jugadores alterar rápidamente la dirección de su civilización. Un cambio notable es la eliminación de los trabajadores; Las ciudades ahora se expanden de forma autónoma, simplificando el proceso de desarrollo. Los líderes en el juego vienen con ventajas únicas que desbloquean a medida que los jugadores continúan usándolos, profundizando los elementos estratégicos.
La diplomacia se ha reinventado como una "moneda" dentro del juego, con puntos de influencia que se vuelven cruciales para forjar tratados, formar alianzas e incluso condenar a otros líderes. A pesar de los cambios innovadores, la IA se ha observado como un punto débil, lo que lleva a recomendaciones para el juego cooperativo para mejorar la experiencia.
Tanto los jugadores como los críticos ven la civilización VII como el intento más atrevido hasta la innovación de la fórmula clásica, prometiendo una experiencia fresca pero profunda para los fanáticos de la estrategia.